Una procesión para el recuerdo El pasado domingo Antequera vivió una de esas jornadas que quedan grabadas en la memoria colectiva. La procesión organizada por la cofradía fue, sin duda, un ejemplo de buen hacer y de devoción bien entendida. Desde el primer momento llamó la atención la excelente organización del cortejo procesional. Todo marchó con un ritmo ágil, sin demoras, permitiendo que el público disfrutara de un recorrido ameno y solemne a la vez. Se notó el cuidado en cada detalle, la coordinación y el respeto con el que todos los participantes acompañaron a la Virgen. Mención especial merece la belleza con la que se presentó la imagen. La Virgen lucía su manto morado de patrona, que resaltaba con una elegancia extraordinaria. El conjunto resultó aún más impresionante con el estreno de la platería de la peana, que aportaba un brillo especial. Fue, en definitiva, una procesión muy lucida, de esas que enorgullecen a la ciudad y emocionan a cuantos la contemplan. Mi enhorabuena más...
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