Entre las imágenes participantes en el Vía Crucis Magno de Córdoba, el Cristo de la Columna de Priego de Córdoba dejó una impresión especialmente significativa. Su desplazamiento hasta la capital ya anunciaba la importancia de esta presencia, pero en las calles se confirmó todo lo que se esperaba de Él. La talla tiene un valor artístico enorme, llena de matices y de una fuerza que se percibe incluso a distancia. Las figuras secundarias que lo acompañan completan una escena que impacta por su dramatismo y su equilibrio visual. A todo ello se suma el trono, una auténtica joya tallada en oro fino, que brillaba de manera especial entre la luz y las sombras del recorrido. Uno de los momentos más bonitos fue verlo avanzar por las calles estrechas, donde la cercanía permitía apreciar cada detalle del conjunto. Además, el hecho de ir portado en andas a hombros le daba una elegancia propia, un ritmo pausado y solemne que creó una estampa realmente especial en esta jornada histórica. 2025 Los ...
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