IGLESIA DE SANTO DOMINGO
La imagen del Dulce Nombre de Jesús de Antequera tras más de 3 décadas sin volver a lucir su típica melena de pelo natural la recuperó. Ha sido en la festividad del titular, el pasado 3 de enero cuando la Cofradía de Abajo decidió volver a tiempos pasados y no sólo recuperar la peluca a la imagen, sino también eliminar el cíngulo de la cintura que como se puede ver en los grabados antiguos, que también era muy habitual en Antequera, así como el detalle de la gema o flor sobre la corona de espinas que antaño también lució la imagen como se puede observar en el grabado del siglo XVIII y que en Antequera también fue común, en otros nazarenos y crucificados. La imagen estrenaba también un nuevo acabado en la cruz de cultos que anteriormente era lisa, y que ahora está decorada con pinturas y enorme gusto con elementos a modo de trampantojo. Una pena que las flores elegidas para el culto desentonasen con la estética de un altar que no se nos olvidará en años.
Fotografía del siglo pasado, grabados del siglo XVIII y fotografía del siglo XXI
La imagen es una talla de Diego de Vega de 1581, concebida desde su origen para lucir cabellera natural. Aproximadamente un siglo después de su hechura se sustituirían las manos y pies no siendo los originales, los actuales de autor antequerano, que aparte de dichas piezas realizaría en la imagen una adaptación añadiendo pestañas, ojos de cristal y nueva policromía. Dicha policromía ya no se correspondería con la actual, pues fue eliminada en la última restauración de la imagen para recuperar otra anterior que sería la original, sin embargo las manos y pies presentan una policromía diferente al ser obra posterior.
La imagen del Dulce Nombre de Jesús de Antequera tras más de 3 décadas sin volver a lucir su típica melena de pelo natural la recuperó. Ha sido en la festividad del titular, el pasado 3 de enero cuando la Cofradía de Abajo decidió volver a tiempos pasados y no sólo recuperar la peluca a la imagen, sino también eliminar el cíngulo de la cintura que como se puede ver en los grabados antiguos, que también era muy habitual en Antequera, así como el detalle de la gema o flor sobre la corona de espinas que antaño también lució la imagen como se puede observar en el grabado del siglo XVIII y que en Antequera también fue común, en otros nazarenos y crucificados. La imagen estrenaba también un nuevo acabado en la cruz de cultos que anteriormente era lisa, y que ahora está decorada con pinturas y enorme gusto con elementos a modo de trampantojo. Una pena que las flores elegidas para el culto desentonasen con la estética de un altar que no se nos olvidará en años.
Fotografía del siglo pasado, grabados del siglo XVIII y fotografía del siglo XXI
La imagen es una talla de Diego de Vega de 1581, concebida desde su origen para lucir cabellera natural. Aproximadamente un siglo después de su hechura se sustituirían las manos y pies no siendo los originales, los actuales de autor antequerano, que aparte de dichas piezas realizaría en la imagen una adaptación añadiendo pestañas, ojos de cristal y nueva policromía. Dicha policromía ya no se correspondería con la actual, pues fue eliminada en la última restauración de la imagen para recuperar otra anterior que sería la original, sin embargo las manos y pies presentan una policromía diferente al ser obra posterior.
2020
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